Paciencia, el arte pronto estará contigo

EL ARTISTA

Orígenes y vocación temprana

Francisco Hernández, conocido artísticamente como Chesco, nació en Maracaibo, Venezuela. Desde muy joven sintió una fuerte inclinación por el arte, experimentando con paisajes sobre lienzo y técnicas autodidactas. Durante su adolescencia logró vender algunas de sus primeras obras a amigos y familiares, mientras otras permanecieron como testimonio de su talento en casa de su madre. Aunque su formación académica lo llevó a titularse como Ingeniero Industrial, el arte siempre se mantuvo como un impulso latente en su vida.

Entre la ingeniería y el silencio creativo

Entre la ingeniería y el silencio creativo

Durante casi dos décadas, Chesco desarrolló una sólida carrera como ingeniero en corporaciones petroleras y gasíferas de su ciudad natal. Fue una etapa marcada por el compromiso profesional y familiar, en la que el arte quedó en pausa. El matrimonio, la paternidad y las responsabilidades del día a día alejaron momentáneamente el pincel de sus manos, pero no de su pensamiento.

Renacer Artístico

En 2007, una oportunidad laboral lo llevó a establecerse en Nueva Orleans, EE.UU., ciudad que se convirtió en un punto de inflexión. Rodeado de arte, música y una cultura vibrante, Chesco reencontró su pulsión creativa. Comenzó con composiciones abstractas y, con el tiempo, fue consolidando un lenguaje visual propio, centrado en la geometría, el color y el movimiento. Desde entonces, su obra ha evolucionado con fuerza, especialmente en los últimos años, donde el arte cinético se ha transformado en el eje central de su exploración visual.

Antecedentes

Francisco Hernandez es un artista venezolano-estadounidense radicado en el área de Houston, Texas. Su obra se enmarca dentro de la abstracción geométrica de bordes definidos, con una profunda inspiración en maestros del arte latinoamericano, especialmente los artistas venezolanos Carlos Cruz-Diez y Jesús Soto.

Sus pinturas buscan crear composiciones audaces pero equilibradas, que inviten al espectador a ampliar su percepción. A través de formas geométricas cuidadosamente organizadas, Francisco genera una sensación sutil de movimiento multidimensional, perceptible al observar la obra detenidamente.

Aunque se formó como ingeniero, suele describirse como un artista que se “distrajo” momentáneamente con la ingeniería. Considera que esta formación dual ha enriquecido su enfoque creativo, aportándole una perspectiva más amplia y estructurada que influye profundamente en su proceso artístico. Formas cuadradas y rectangulares, líneas y ángulos diversos, y una paleta de colores vibrantes son elementos centrales en su trabajo, contribuyendo a una experiencia visual dinámica que evoca profundidad y fluidez.